domingo, 20 de febrero de 2011

PRIMER ALMENDRO EN FLOR

Todos los años me sucede lo mismo y siento el deseo de compartirlo contigo:

En el trayecto Calahorra-Logroño o Logroño-Calahorra, observando el paisaje desde el coche o el autobús, normalmente en el lado derecho, con ventanilla, voy pensando en mis cosas, haciendo planes, leyendo, escuchando música, conversando… Pero unas pocas veces al año y concretamente una, solo una cada año, desconecto con lo que esté haciendo porque sucede.

Otra vez vuelve a aparecer. Siempre entre campos, disperso, aislado pero tan bello como sólo se puede mostrar, anunciándo que la primavera está cerca.
Entre las viñas, tierra, el asfalto de la carretera y los árboles todavía desnudos, se deja ver, solitario, rosado y blanco, lleno de vida y de color, ese primer almendro en flor.

Naturaleza viva, entre dos ciudades, que me hace sonreír cada invierno pensando que pronto, las flores despertarán, el cielo se volverá de un azul intenso y el paisaje grisáceo dejará paso al verde vivo, al rojizo de la tierra riojana alumbrada con el sol intenso del verano.

Gracias a ese primer bostezo de la primavera, poco a poco, comienzan a despertar en mí, nuevas ganas de revivir. Esas ganas que se acentúan en los próximos meses y que con el sol y las flores, se renuevan cada año.

Este año, la vida me ha llevado a ver mi primer almendro en flor, en el trayecto Toulouse-Carcassone, un día estupendo para sentir nuevamente y ser consciente, de que la vida sigue su curso y renace, como cada primavera.





EN LA VIDA LO QUE NOS LLENA VERDADERAMENTE EL ALMA,
SON LOS PEQUEÑOS DETALLES.


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