A pocos días de nuestra vuelta a casa, nos preguntamos qué vamos a hacer con nuestras vidas... Unas recién terminados los estudios vuelven a casa, otras, regresamos más formadas, sin trabajo en España, probablemente cambiando nuestras vidas para vivir en casa con nuestros padres, o cambiando de ciudad en busca de nuevos retos, sueños, ambiciones... Sabemos que nos esperan cambios y nos da miedo no tener el control sobre los mismos. Estamos perdidos... ¿Qué hacemos con nuestras vidas?
¿Qué debe hacer una persona después de pasar cuatro meses de formación en otro país? ¿Quedarse durante más tiempo y afianzar la lengua, buscar un trabajo remunerado de verdad, volver a casa y dejar a un lado esta experiencia, quizás volver a casa con la sabiduría adquirida y comenzar nuevos proyectos partiendo de esta base?
O seguir viajando, buscando becas, formaciones, países, trabajos... ¿O QUÉ? Nos sentimos en el límite del final, un poco ahogados, sin saber qué viene después. Además de la nostalgia de los días y momentos que aquí estamos pasando. Hemos gastado mucho dinero, volveremos a España con el corazón congelado y los bolsillos vacíos, topándonos con esa odiosa palabra que comienza por CRI y termina por SIS y que a todos de alguna manera nos engullirá como ya lo hizo antes de comenzar este viaje con algunos y como lo hará con los recién salidos universitarios... Universitarios, formados y cualificados, sin lugar en España... Un curriculum repleto, que nos lleva al sofá de nuestra casa...
Parece este texto anterior tremendista, pero es la realidad. No tenemos trabajo, los estudios están terminados y en algunos casos, las formaciones posteriores también.
Si continuamos estudiando porque no encontramos un trabajo al menos decente, o al menos trabajo, esos estudios serán muy caros y dada la edad y la situación, necesitaremos dinero. Otra palabra que da escalofríos pronunciar. DINERO
Si seguimos y luchamos por nuestros sueños, formándonos, viviendo en otro país quizás, aprendiendo... también necesitaremos dinero.
Si nos conformamos con el trabajo que nos salga este verano, de quince días, si sale o un trabajo continuo que no deseamos, se terminaron nuestros sueños al menos por el momento y vendrán las frustraciones. ¿Para qué he estudiado? ¿Por qué me fui a Francia cuatro meses? ¿Hacia dónde voy?
El caso es que después de estos cuatro meses, tenemos la mente más abierta a los cambios, a lo nuevo, a la vida. Creemos mucho más en nosotros mismos, nos sentimos más capaces de enfrentarnos a los problemas y de alguna manera, nos hemos hecho más mayores, autónomos y responsables.
¿Qué haremos ahora?
En la plaza de St Etienne, las chicas debatiendo sobre nuestras vidas... Si os dais cuenta, la sonrisa, no las perdemos. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario