Hoy es lunes 16, comienza mi última semana completa en esta maravillosa ciudad, todavía sin descubrir al completo, porque al ser tan grande, esconde rincones para aquellas personas que pasan más tiempo del que yo tendré el privilegio de disfrutar... Juvenil y creativa, siempre está llena de actividades en las que participar, cosas que hacer, lugares a los que acudir...
Esta semana, no trabajo por motivos excepcionales, con lo que aprovecharé este tiempo para estar conmigo y seguir con ese autodescubrimiento de mí misma, que todos deberíamos hacer de vez en cuando, para situarnos y tener claro hacia donde vamos y el por qué.
Por eso, esta mañana me he levantado enérgica, llena de ganas y de vida y he decidido volver a llamar a un teléfono que encontré por internet y que hace días no me responde... Corresponde al teléfono de una antigua amiga, una chica con la que tuve el placer de conocer Francia por primera vez, en un intercambio con el instituto hace... 13 años.
Ésta mañana, al fin ha contestado alguien a mi llamada. ¡Era su madre! Al principio confusa, pronto ha recordado mi nombre y apellidos y los días que pasé en su casa. Ahora mismo, Nathalie, aquella chica del intercambio, está lejos de aquí, trabajando en un restaurante. Recuerdo que le gustaba la hostelería y me alegra que su rumbo haya seguido ese camino y aunque no la podré ver en esta ocasión, voy a reencontrarme con sus padres para pasar un día juntos y ponernos al día.
Será un reencuentro emocionante sin lugar a dudas, para mí lleno de recuerdos bonitos, ya que aquel viaje de 10 días con 13 años y hace 13 años, para mi fue el primer viaje al extranjero, un paso quizás, gracias al que hoy estoy de nuevo aquí, en Francia.
Continuará....
Gaillac :))
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